A continuación te damos unos consejos para disfrutar con comodidad durante del otoño e invierno en tu hogar.
1. Revisar el sistema de calefacción:
- Comprueba la presión de la caldera: que -según los fabricantes- debe ser de 1,5 bar. Esta presión siempre se tiene que controlar con la caldera en frío. Si es menor de 0,5 bar puede que ni siquiera se ponga en funcionamiento. Una presión muy alta, por el contrario, también es malo ya que, cuando el agua se calienta hace que la presión suba por encima de 3 bar y, por ende, se active la válvula de seguridad y gotee.
- Si tu caldera también sirve para calentar el agua sanitaria, cámbiala a Modo invierno o Calefacción + ACS.
- Revisa el termostato, es decir, el dispositivo encargado de regular el encendido y el apagado del sistema de calefacción. Hay que asegurarse de que funciona correctamente. Si es digital, no te olvides de comprobar que la pilas aún funcionan.
- Verifica el estado de los radiadores: debes purgarlos mínimo una vez al año (siempre con la calefacción apagada y el radiador debe estar frío). Fíjate si tienen perdidas mirando la llave de entrada por si tienen marcas de agua o goteo. Y, muy importante, no los cubras ya que eso impide su buen funcionamiento.
2. Comprueba tus puertas y ventanas: tener un buen aislamiento térmico en casa es fundamental para no perder el calor que se genera en el interior, ni permitir la entrada del frío proveniente del exterior. En ese sentido las ventanas de PVC son una excelente opción, ya que este material es un excelente aislante térmico. Por otro lado, instalar un doble acristalamiento en nuestras ventanas contribuirá a mantener más fácilmente el confort térmico de la vivienda.
Lo mismo ocurre con las puertas de calle, balconeras o de acceso a grandes terrazas. Para evitar pérdidas energéticas es importante que sean de un material aislante, no conductor, y que ofrezcan elevadas prestaciones térmicas (alto aislamiento y baja permeabilidad al aire).
No hay que olvidarse tampoco de las puertas interiores, no solo para que tengan un nivel aceptable de protección frente a las pérdidas de temperatura, sino también fijarse en que encaje bien en el marco. Si no, el calor o el frío se escapará del interior de la estancia a la que den acceso. Si queda mucho espacio de la puerta al suelo, se puede solventar con elementos aislantes como burletes o escobillas aislantes y protectoras.
3. Chequea los sistemas de ventilaciones y aberturas: es importante tener las ventilaciones y aberturas completamente descubiertas y por ningún motivo cubrirlas, ya son de gran importancia y nos ayudan a mantener el hogar oxigenado.
4. Vigila las tuberías: si en tu vivienda tienes tuberías expuestas, más propensas a congelarse, puedes ponerles una espuma aislante. Pero, si tienes miedo de que una tubería se congele, puedes abrir un poco el grifo que alimenta esa tubería para que gotee un poco y alivie la presión del sistema.
5. Coloca adecuadamente los muebles: los muebles ayudan a mantener la temperatura dentro del hogar. Los expertos recomiendan no colocar muebles o sofás cerca de los radiadores para lograr un mejor confort y calefacción dentro de la habitación. Las alfombras pueden ser grandes aliadas para combatir el frío, ya que mantendrán el suelo caliente y mejorarán la temperatura interior del hogar. Elige siempre modelos que sean mullidos y confeccionados en tejidos que proporcionen calor.
6. No te olvides de tu menaje de invierno: mantas, batas, edredones… es buen momento para llevarlas a la tintorería o hacer una buena limpieza en casa.
Fuente: https://www.viviendasaludable.es/