Las pymes están inmersas en un profundo proceso de transformación digital, que deben afrontar con garantías para garantizar su supervivencia. Junto a los autónomos, las pequeñas y medianas empresas juegan un papel activo en la economía española: el 99% del tejido productivo de nuestro país está constituido por pymes y trabajadores por cuenta propia, que generan dos de cada tres empleos. Por eso es imprescindible dotarles de las herramientas necesarias que les permitan superar los retos a los que se enfrentan, entre ellos el de la digitalización.
Las innovaciones tecnológicas aportan rapidez y seguridad en las transacciones comerciales, y los nuevos métodos de pago –que son la base de cualquier negocio– cobran una especial importancia. Pocos clientes pagan ya en metálico, y las tarjetas de crédito o de débito están a la orden del día. Según los últimos datos del Banco de España, en 2021 el gasto con tarjeta superó los 195.246 millones de euros frente a los 111.131 millones que se hicieron con dinero en efectivo. Asimismo, las operaciones de compras en terminales de punto de venta (TPV) se incrementaron el pasado año un 21,61% frente a 2020, lo que confirma la clara tendencia hacia el uso de dinero digital.
Ante tal avalancha de cambios, es importante que los negocios no se queden atrás. Por eso es importante que se actualicen y conozcan los distintos los sistemas de pago electrónicos que pueden adoptar en su día a día:
• Pagos contactless. Algunas tarjetas de crédito y débito incorporan tecnología contactless NFC. Se reconocen fácilmente, pues tienen el logo de unas ondas impreso en su parte delantera o trasera. Para pagar, se coloca la tarjeta sobre el lector TPV hasta que suena un pitido. Estos pagos sin contacto destacan por su seguridad, velocidad y comodidad. Actualmente es el tipo de transacción más popular en España.
• Tarjetas con chip. Las tradicionales tarjetas de banda magnética, muy vulnerables a los fraudes, han sido sustituidas por las que incluyen un chip. Su nivel de seguridad es mayor, ya que los clientes insertan el plástico en un lector hasta que se completa la transacción. El chip crea una impresión única cada vez que se utiliza la tarjeta, por lo se minimizan riesgos.
• Carteras digitales. Una cartera electrónica o e-wallet es el equivalente de llevar una tarjeta de crédito o débito en tu smartphone. En esta app de monedero móvil se pueden introducir y almacenar los datos bancarios asociados a una tarjeta de forma segura. Así, en lugar de usar la tarjeta física para comprar, se puede pagar a través del teléfono gracias a la tecnología NFC, como en los pagos contactless. Para que un negocio acepte pagos con una cartera digital, hay que contar con un sistema TPV equipado con tecnología capaz de procesar la transacción.
• Facturas digitales. Una de las cosas más delicadas para cualquier negocio es conseguir cobrar de clientes y proveedores, algo que se vuelve aún más frustrante si se depende de papeleo, de cheques o de apuntar los números de sus tarjetas de crédito cuando se habla con ellos por teléfono. Las facturas digitales optimizan este proceso tan farragoso.
Todo ello implica un esfuerzo de las pymes por adaptarse a los nuevos tiempos, aunque afortunadamente se han desarrollado numerosas iniciativas que buscan facilitar la labor de las empresas, cuya labor es más necesaria que nunca para la recuperación de la economía.