Las bajas temperaturas hacen que las prendas de abrigo, estufas, radiadores, calefactores y otros elementos se vuelvan los protagonistas de nuestros días y noches para intentar entrar en calor. En lo que respecta a la calefacción, el método es muy efectivo pero también puede suponer un aumento considerable en la factura del gas o de la luz pero, siguiendo unas buenas prácticas, podemos evitar gastos innecesarios y ahorrar.
Existen consejos y trucos para ahorrar en calefacción dentro del hogar, que consisten en pequeños gestos cotidianos que implican muy poco esfuerzo pero con los que, a la larga, nos ahorrarán algunos euros y nos ayudan a gestionar mejor el uso de los sistemas calefactados de nuestras casas, además de darnos mayor confort. A continuación te dejamos las recomendaciones que te ayudarán a conseguirlo según las directrices de Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Consejos y trucos para ahorrar en calefacción
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Ajustar la temperatura según la habitación de la casa: Según el ministerio, se puede llegar a ahorrar entre un 10 y un 20% de energía si configuramos qué temperatura debe tener cada lugar o si incluso podemos apagar el radiador de una habitación que no se use habitualmente. Un ejemplo sería que la cocina necesita menos temperatura que un dormitorio, pues en la primera estancia hay actividad y se genera calor, mientras que en el segundo solemos permanecer quietos y durante toda la noche, cuando baja más la temperatura.
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Apagar la calefacción si vamos a salir de casa: Aunque existe la creencia popular de que se ahorra más teniendo una temperatura constante durante muchas horas, los expertos opinan lo contrario, ya que se gasta más en mantener la temperatura constante por las pérdidas y filtraciones de frío que en apagarla y volver a encenderla, puesto que la diferencia de temperatura entre interior y exterior es menor. «Cuando se apaga la calefacción, el sistema deja de gastar energía para compensar las pérdidas de calor. Y la energía que se deja de gastar es más que la que se necesita para recuperar la temperatura».
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Tener cuidado al ventilar: Se puede ahorrar entre un 15 y un 20% de energía si evitamos pérdidas de calor cuando ventilamos la casa. Aunque la práctica es necesaria para renovar el aire, depende de cómo ventilemos podemos perder más o menos calor. Los expertos recomiendan abrir todas las ventanas a la vez y las puertas, en vez de hacerlo por habitaciones aisladas, así, «las corrientes que se producen permiten que el aire de la vivienda se renueve por completo en unos pocos minutos. Este sistema permite reducir el tiempo de ventilación, evitando, en buena medida, que las paredes se enfríen (volver a calentarlas conlleva un consumo extra de calefacción).
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Usar un termostato fiable: La mejor opciones para que el termostato tenga una función que nos ayude a regular la temperatura de la casa y, así, ahorrar energía, son los llamados ‘cronostermostatos’, que son digitales y programables, mucho más preciosos que los tradicionales de la ruedecita. Aunque son más caros, a la larga suponen una inversión que compensa, al igul que el uso de cabezales termostáticos, que gestionan y regulan cada radiador independientemente, pudiendo ajustar la temperatura de cada habitación en función de lo que se necesite.
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Purgar los radiadores: esta práctica solo aplica a los radiadores de agua caliente, que suelen ser los más comunes en los hogares españoles. El motivo que hace que purgar los radiadores ayude a ahorrar enegería es que estos aparatos a veces tienen aire dentro, lo que impide que se caliente correctamente. Al sacar el aire purgándolos conseguimos que alcancen toda su potencia y no se desperdicie energía sin conseguir el calor máximo que podemos obtener de ellos. Además hacerlo es fácil y solo lleva unos minutos.
Siguiendo estos consejos y adaptándolos a la situación de cada hogar, puedes llegar a ahorrar hasta un 40% de energía y, por tanto, un notable ahorro de dinero en tu factura de la luz, del gas o de gasóleo.